martes, 3 de agosto de 2010

D.

            Pasó el huracán de la vida como un ciclón y me besó.
            Dejó el escombro de cierta nostalgia,
El aroma florecido de alguna herida.
            El palpitante mensaje de la soledad antigua, liviana.

            Pasó el huracán de la vida como un ciclón y me contó
            Aún de algunas soledades arcaicas
Dolores que alumbran miedos,
Miedos que alumbran la vida misma,
Expectante de seguir emergiendo en mí.

Vos que la reflejaste en el calor del sol,
Y ahora te vas, besando y arrasando otras ciudades, sin irte,
 arco iris caótico, juguetón. Qué estás y no estás,
que te comunicás y no te comunicás.

Dejaste todo al revés, y te reís, y seguís.
Toco tus enojos con mi paz, y te  vas.
Que delirio de mujer, que insensatez al revés.
Dichoso de mí, ahora al revés también,
Tocar tu enojo con mi paz.

Y te vas.
Y volvés.
Y te vas.
Y volverás.

(Inspirado por D, cuando se fue sin irse)

1 comentario: